En
diciembre del 2001 en el marco de la III Cumbre de Jefes de Estado y Gobierno
de la Asociación de Estados del Caribe, celebrada en la Isla de Margarita –
Venezuela, el Presidente de aquel entonces, Hugo Chávez presenta la idea del
ALBA, como una propuesta de integración integral, económica, social, política y
cultural de los pueblos de América Latina y el Caribe. La
institucionalidad de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra
América (ALBA) surgió oficialmente el 14 de diciembre de 2004 cuando los
presidentes de Cuba, Fidel Castro y de Venezuela, Hugo Chávez se reunieron en
La Habana y firmaron los protocolos de su fundación como forma de integración y
unión de América Latina y el Caribe basada en un modelo de desarrollo
independiente con prioridad a la complementariedad regional que permita
promover el desarrollo de todos y fortaleciera la cooperación mediante el
respeto mutuo y la solidaridad. Parte de la visión solidaria de la integración
latinoamericana, pero que se materializa en la suscripción de acuerdos de
cooperación concretos. Cabe
destacar que responde a la concepción integracionista de la política exterior
venezolana, que promueve un nuevo orden internacional basado en la
multipolaridad, impulsa el diálogo Sur-Sur y se expresa en una dimensión
política, económica, cultural y militar en concordancia con las siguientes
estrategias: Promover la integración
latinoamericana y caribeña para abordar con mayor eficacia las desigualdades
sociales y los altos niveles de pobreza que afectan a los países de la región. Consolidar y diversificar
las relaciones internacionales, robusteciendo la cooperación Sur-Sur y
ampliando las relaciones con otras regiones y países. Fortalecer el
posicionamiento de Venezuela en la economía internacional, contribuyendo así a
la ampliación de nuestras exportaciones no tradicionales y añadiendo valor a
las tradicionales. El
Alba tiene por objetivo la transformación de las sociedades latinoamericanas,
haciéndolas más justas, cultas, participativas, solidarias y por tanto está
concebida como un proceso integral destinado a asegurar la eliminación de las
desigualdades sociales y fomentar la calidad de vida y una participación
efectiva de los pueblos en la conformación de su propio destino. Por
lo tanto está dirigida fundamentalmente a los países de América Latina y del
Caribe, el proceso de integración no solo tiene en cuenta la economía, pues
aunque es de vital importancia, no es la meta principal a alcanzar ya que lo
social es lo primordial, esto se sustenta en los principios rectores tales
como, solidaridad, cooperación genuina y complementariedad entre los países, en
el aprovechamiento racional y en función del bienestar de los pueblos, de sus
recursos naturales (incluido su potencial energético), en la formación integral
e intensiva del capital humano que requiere su desarrollo y en atención a las
necesidades. Aquí se puede observar la visión del
libertador en lo que expreso en la carta de Jamaica en 1815, al plantear una
integración sólida entre las naciones de la región, resaltando los elementos
comunes de cada una de ellas, y los beneficios económicos de las transacciones
comerciales, que se derivarían del acortamiento de las distancias, no sólo
entre los países sudamericanos, sino también con otros continentes del mundo, y
este ejemplo ha sido tomado por el gobierno de la República Bolivariana de
Venezuela, al proponer un tipo de integración, donde se cuente no solo con la
unificación de los pueblos de Sudamérica, sino también se cuente con la
colaboración de ciertas naciones extranjeras que vayan en la misma dirección de
cooperación y solidaridad. En conclusión el ALBA tiene su
matriz socialista con un alto contenido político e ideológico, que no pretende
hacer parte de una liberación comercial sino de una complementariedad
productiva de tipo social y de equidad entre los estados, la que una vez
fortalecida pueda hacer frente a los
grandes bloques económicos de la Unión Europea y Estados Unidos.
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