El Che nos dejó una concepción de la
Revolución socialista y de liberación, y de la transición del capitalismo al
comunismo en las condiciones de la segunda mitad del siglo XX; pero con una
visión futurista orientada a dar paso a la vida de un hombre que sería el
resultado de todos los cambios que en el seno de los procesos anteriormente
señalados se gestaran. Con
la capacidad de combinar la interpretación marxista-leninista -la cual utilizó
de fundamento mas no se aferró a ella ciegamente con la ética revolucionaria,
la investigación con la conducta, los juicios con los valores y el criterio
teórico con la conducción y educación de las masas, Guevara se abre ante el
devenir de la realidad y da paso a una nueva visión para la concepción del mundo. Queda
bien entendido, y luego de haber hecho una breve revisión del pensamiento
guevarista, que el comunismo, antes que un sistema de reparto social más
igualitario; implica en lo esencial un nuevo tipo de sociedad y de hombre.
Pero, para poder llegar a esto, se destacan dos puntos fundamentales a saber,
el movimiento práctico, mediante una, unido por otra parte al desarrollo de la
conciencia; que sólo puede ser producida si la primera es capaz de eliminar el
trabajo como forma desintegradora de la personalidad humana, y de suprimir la
dominación de todas las clases. Dicha conciencia no es desarrollada a nivel
social de manera total, por lo que se produce la necesidad de que la vanguardia
guíe, dé ejemplo a la mayoría revolucionaria que la sigue y que la ayuda a
educarse, así como la vanguardia la educa a ella. Esto introduce un nuevo
aporte en el proceso de formación y preparación de aquellos que llevarán la
revolución hasta su fin. Todo
esto culmina con la unión de dos conceptos que serán aquellos por los cuales
Guevara dará la vida: revolución y humanismo. En ellas dos encontramos un
debate entre objetivismo y subjetivismo, es decir, por un lado se leen los más
minuciosos, perfectos y hasta frívolos procedimientos para llegar a la victoria
del proletariado; y por el otro escuchamos términos como amor ante el prójimo y
compasión ante el enemigo. No podría significar esto una contradicción dentro
de su pensamiento. Pues si bien se concibe como tal; se ha podido comprobar que
viene siendo una manera efectiva de llevar a cabo la revolución, y el pueblo
cubano así lo puede ratificar.
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