sábado, 26 de octubre de 2013

IDEOLOGÌA DE LA JUVENTUD DEL PRESENTE por Laura Gamez

Un enfoque actual del campo político-social, económico y aun científico nos muestra un panorama sumamente complejo y confuso. La terrible velocidad y variedad de las comunica­ciones en todo el mundo hace que el individuo joven reciba simul­táneamente gran cantidad de mensajes desde toda clase de distan­cias, de distinta calidad y carácter, que no puede metabolizar ni sintetizar. Por el contrario, se transforman en mensajes que pueden llegar a ser ambiciosos o contradictorios. El “ambiente” se ha hecho muy vasto desde una edad muy temprana. La “comunicación ma­siva” que lleva a la incomunicación, la publicidad de toda clase, el uso estupefaciente de la televisión, la alienación creada por las condiciones de trabajo, la violencia, en todas sus expresiones, como pautas culturales intrusivas y los sistemas de represión ideo­lógica de toda clase son algunos de los muchos factores responsables de la confusión alienante del sentimiento de identidad que, por actitud reactiva o defensa desesperada, empuja, a veces, a una elección compulsiva de una determinada ideología para salir del caos y evitar el peligro del derrumbe de la identidad. Es por eso que hoy en día la juventud revolucionaria tiene un doble reto; a lo interno del proceso debe demostrar que cuenta con la suficiente capacidad y madurez política como para asumir las riendas de un proceso, en cualquier espacio de responsabilidad que se le otorgue, ya sea un espacio institucional o esencialmente político; mientras que por otro lado, al frente de la sociedad venezolana, fuera de las estructuras formales de la Revolución, la juventud se encuentra a la altura de las circunstancias políticas que imponen el pretender construir el Socialismo en un país, es así donde nacen nuevos pensamientos juveniles quienes son el fututo y nace así no sólo, un nuevo gobierno, un nuevo período histórico, sino una nueva forma de concebir al ser humano y su realidad, al joven y su generación; la generación que debemos construir, ya que los seres humanos somos racionales y la racionalidad es necesaria, y lo es especialmente como arma para enfrentar los dogmas que aspiran gobernar nuestras vidas, pero en ningún momento podemos olvidar que estamos hablando de una simple herramienta y no un fin en sí mismo. Este doble reto, pasa necesariamente por la formación política y técnica de las generaciones más jóvenes, la generación que hoy se encuentra en los liceos conjuntamente con la que se encuentra en las universidades, la generación de jóvenes que hacen vida en los movimientos sociales, en conclusión, la juventud venezolana que lucha contra el imperialismo y a favor de la transformación de la realidad para construir el Socialismo. Este proceso de formación política y técnica debe estar en capacidad de “develar la realidad”,  la prédica hipócrita permanente de la libertad, la grandeza y la dignidad inalienables de la persona, del dominio y la autonomía de la razón, de la bondad, de la humanidad, del amor indiscriminado a los hombres, de la justicia, y por otra parte, mientras el mundo capitalista muestra la humillación general de la mayor parte de la humanidad, la irracionalidad del proceso social de la vida, el triunfo del mercado de trabajo sobre la humanidad, de la ganancia sobre al amor al hombre.

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